miércoles, 29 de septiembre de 2010

Una poesía para los adultos: Pausa

De vez en cuando hay que hacer
una pausa

contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana

examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
Mario Benedetti

martes, 28 de septiembre de 2010

Un versito para niños: Ronda del zapatero


Tipi tape, tipi tape,
tipi tape, tipitón,
tipi tape, zapa, zapa,
zapatero remendón.

Tipi tape, todo el día,
todo el año tipitón;
tipi tape, macha, macha,
machacando en tu rincón.

Tipi tape, en tu banqueta,
tipi tape, tipitón,
tipitón con tu martillo,
macha, macha, machacón.

¡Ay tus suelas!, zapa, zapa,
zapatero remendón,
¡ay tus suelas!, tipi, tape,
duran menos que el cartón.

Tipi tape, tipi tape,
tipi tape, tipitón...
Germán Berdiales

¿Vivir o ver televisión?

Estuve releyendo un libro muy interesante (Vivir o ver televisión, de Karin Neuschütz, Editorial Antroposófica) porque, aunque se publicó hace tiempo, ayuda a reflexionar sobre la tecnología y los niños. Habla de la televisión, si bien lo que dice bien se aplica también a la computadora y la Play Station, entre otras cosas...

En casa hace tiempo que no tenemos tele (es decir, como no tenemos cable, el aparato vetusto que tenemos no sirve para ver más que una pantalla azul) y estamos felices. Es increíble lo que uno puede hacer con su tiempo cuando no tiene que mirar tele. Eso sí, todavía no nos pudimos deshacer de la video y el DVD (estamos esperando que se rompan, no pueden durar mucho más, ja ja) y los chicos miran algún rato de uno de los pocos videos que tenemos después del almuerzo cuando llegan cansados de la escuela, siempre que no haya algún amiguito invitado (por empezar, el aparato está en nuestro dormitorio, lo que es buena excusa) o que no prefieran hacer otra cosa (intentamos fomentar esta segunda opción). Ahora que empieza el tiempo lindo, el momento del video es más corto, ni hace falta avisar que ya es necesario apagar, suelen hacerlo solos y bajar a jugar en la casita del árbol, con las sogas, a la pelota, con los bloques, etc. Es verdad que la primavera invita al movimiento, en casa se vive así.

Aquí copio algunos párrafos, pero el libro entero es muy recomendable (se puede conseguir, por ejemplo, en La Casita del Perito Moreno, La Paz 1107, Martínez). La primera parte es más teórica (y muy buena) y la segunda, más práctica, con ejemplos de actividades para no caer en la tele o la compu.

“Constantemente se publican informes sobre los crecientes problemas en los jardines de infantes y escuelas. Los niños se encuentran perturbados en su equilibrio psíquico, están estresados, nerviosos o agresivos, tienen dolores de cabeza, dificultad de contacto, están inhibidos en su desarrollo motor o presentan dificultades en la lectoescritura. Sin embargo, estas perturbaciones alarmantes son relacionadas muy rara vez con el hecho de mirar televisión y video. Una opinión ampliamente difundida es que los programas simplemente no producen daño si son buenos en el contenido. Quien se atreve a hacer, si bien no sea más que una leve indicación acerca de que la televisión podría ser en sí misma nociva, es considerado como un desesperanzado del progreso.”

“Cuando escuchamos o leemos, podemos ‘ver' lo descripto ante nuestro ojo interno en virtud de nuestra fantasía. Nosotros ponemos lo así vivenciado en relación con nuestra propia vida y experiencia. Esto nos lo impide la imagen terminada de la televisión. Durante el programa, el fluir ininterrumpido de la imagen no deja aparecer ningún pensamiento propio acerca de lo que sucede en la pantalla. Luego de finalizado el programa, cuando el televisor está apagado, uno naturalmente puede reflexionar acerca de lo visto. Esto vale para los adultos, pero para un niño la situación es otra. El niño vive en el ahora. No tiene las mismas condiciones propias como para volver más tarde mentalmente a sus vivencias. ¿Cómo se supone que tenga tiempo para elaborar en el juego, mediante sus propias acciones, todas las impresiones de la televisión, si está sentado por horas delante del aparato? ¿Cómo puede un niño formarse una opinión ante tal derramamiento de imágenes?”

“En la niñez se cultiva la semilla del adulto futuro. ¿Cómo debe estar acondicionado el medio que le ofrezca al niño posibilidades óptimas de desarrollo? Ahora bien, el medio debe proporcionarle mucho amor y calidez y debe estimularlo a distintos tipos de juegos. Por el contrario, un comedor oscurecido, en el que titila el televisor es un medio extremadamente insuficiente.

Pensamos con tanto afán en enriquecer constantemente el conocimiento de nuestros hijos que, a menudo, olvidamos que en realidad lo más importante son nuestros brazos a los cuales ellos puedan acudir. En lugar de estar presentes para nuestros hijos, los remitimos a aparatos; a pesar de que sólo nosotros, los padres, somos los que podemos darles seguridad y confianza en sí mismos.

Nos esforzamos mucho en protegerlos de peligros amenazantes para el cuerpo y la vida, como por ejemplo, del tránsito, del frío, de agregados tóxicos en la alimentación, etc. ¿Por qué no mostramos en realidad el mismo interés cuando se trata del desarrollo de su vida interior? Si, mientras los niños son pequeños, nos damos tiempo para construirles un mundo limitado y protegido donde puedan ser felices y puedan jugar y soñar, entonces les estamos dando la mejor oportunidad para que crezcan como personas creativas y ansiosas de saber, que tengan el coraje y la fuerza de dirigir el progreso técnico con el corazón y las manos.”

domingo, 26 de septiembre de 2010

El circo

¡Qué linda tarde pasamos en el circo! Salimos de casa después del mediodía y disfrutamos cada momento. Casi como lo habíamos imaginado... o todavía mejor. Mucha buena onda, alegría, pero un aire relajado, gente contenta, conversar con amigos y conocidos, los chicos jugando en el arenero de jardín, trepados a los árboles, corriendo por donde podían mientras esperaban el momento de la función. (También comiendo riquísimas comidas caseras y tomando jugos exprimidos en el momento, además de unos helados deliciosos). En realidad, la función estuvo muy bien, pero fue lo de menos, toda la fiesta que se generó alrededor fue lo que más disfrutamos. Padres y maestros colaborando para que los niños y sus familias pudieran disfrutar de un día de alegría. Quedamos cansados, pero con el corazón contento.

viernes, 24 de septiembre de 2010

 Invitación al circo de la escuela de mis niños. Además del fin obvio de recaudar fondos, la idea es pasar una tarde amena, juntos, con cosas ricas para comer y cosas lindas para comprar en las tiendas de la escuela.

La cosecha

A propósito de lecturas que parecen adrede... me topé con este texto en la revista El Puente de noviembre de 2007 (una publicación sin desperdicio), que me hizo reflexionar todavía más sobre la comunidad y la importancia de dar sin pensar en recibir. Es que al fin y al cabo, al dar se recibe...

LA COSECHA

Recogemos lo sembrado,
nos devuelven lo que dimos,
ofrecen lo que ofrecimos,
mezquinan lo mezquinado.
Hasta lo que se ha callado,
hasta lo que nadie vio,
hasta lo que se creyó
ya para siempre perdido
canta en otros, y es latido
del canto que uno cantó.

Antonio Alejandro Gil

jueves, 23 de septiembre de 2010

Participación comunitaria

En la escuela de nuestros hijos se está intentando promover una mayor participación de la Comunidad, por y para ella, y otros. Se trabaja "lo social", el arte más elevado, según Steiner. Es así que me surgen muchos pensamientos y encuentro lecturas que me parecen afines al tema. Este cuento, muy conocido, en versión poesía, me recitaba mi abuela.

Escarbando la tierra una gallina...

Escarbando la tierra, una gallina, un granito de trigo se encontró.
-¿Quién sembrará este grano? Preguntoles a un gato, a un perro y a un ratón.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!

Cuando hubo germinado el grano
-¿Quién regará la tierra? preguntó.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!

Cuando hubieron brotado las espigas.
-¿Quién cosechará el trigo? preguntó.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!


Cuando hubo cosechado las espigas.
-¿Quién molerá los granos? preguntó.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!

Cuando tuvo la harina preparada.
-¿Quién formará la masa? preguntó.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!

Cuando tuvo la masa preparada.
-¿Quién cocinará este pan? preguntó.
-¡Yo no! Dijeron todos al momento.
-¡Bien, dijo la gallina, lo haré yo!

Cuando estuvo cocinado el pan.
-¿Quién comerá este pan? preguntó.
-¡Yo, yo! Dijeron todos al momento.
-¡No, dijo la gallina, lo haré yo!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Introducción

Les confieso que no sé nada de blogs... ¡Este es mi primer post en la vida! Todavía no sé si quiero que me lean... pero lo estoy pensando. Y sí sé que quiero escribir. Y contar sobre lo que estamos viviendo. En la puerta del cambio de septenio, que mi marido atravesó este año, ingresando en el "septenio espiritual", siento algo especial. Tal vez sea mucho llamarlo "un cambio", es más bien una profundización de varias cosas que ya sentía. Y la antroposofía me hace bien, nos hace bien, a toda la familia; nos sana, nos da ritmo ("el ritmo sana", dijo el otro día un maestro de la escuela Waldorf adonde llevamos a nuestros hijos en una reunión de Padres y Maestros, "la falta de ritmo enferma"). Y ese es "mi" sendero, nuestro sendero... una búsqueda, una necesidad de que haya algo más, de encontrarlo, de hallar respuestas y de disfrutar el proceso de descubrirlas. Creo que sí me voy a animar a que me lean. Creo que sí quiero compartir esto tan fuerte que estamos viviendo. "En la época actual necesitamos que las cabezas vuelvan a ser seres humanos completos", dijo Rudolf Steiner, el padre de la antroposofía y de la escuela Waldorf. ¡Cuánta verdad! ¡Cuánto para pensar! ¡Cuánto por aprender!