miércoles, 22 de septiembre de 2010

Introducción

Les confieso que no sé nada de blogs... ¡Este es mi primer post en la vida! Todavía no sé si quiero que me lean... pero lo estoy pensando. Y sí sé que quiero escribir. Y contar sobre lo que estamos viviendo. En la puerta del cambio de septenio, que mi marido atravesó este año, ingresando en el "septenio espiritual", siento algo especial. Tal vez sea mucho llamarlo "un cambio", es más bien una profundización de varias cosas que ya sentía. Y la antroposofía me hace bien, nos hace bien, a toda la familia; nos sana, nos da ritmo ("el ritmo sana", dijo el otro día un maestro de la escuela Waldorf adonde llevamos a nuestros hijos en una reunión de Padres y Maestros, "la falta de ritmo enferma"). Y ese es "mi" sendero, nuestro sendero... una búsqueda, una necesidad de que haya algo más, de encontrarlo, de hallar respuestas y de disfrutar el proceso de descubrirlas. Creo que sí me voy a animar a que me lean. Creo que sí quiero compartir esto tan fuerte que estamos viviendo. "En la época actual necesitamos que las cabezas vuelvan a ser seres humanos completos", dijo Rudolf Steiner, el padre de la antroposofía y de la escuela Waldorf. ¡Cuánta verdad! ¡Cuánto para pensar! ¡Cuánto por aprender!

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