¡Qué linda tarde pasamos en el circo! Salimos de casa después del mediodía y disfrutamos cada momento. Casi como lo habíamos imaginado... o todavía mejor. Mucha buena onda, alegría, pero un aire relajado, gente contenta, conversar con amigos y conocidos, los chicos jugando en el arenero de jardín, trepados a los árboles, corriendo por donde podían mientras esperaban el momento de la función. (También comiendo riquísimas comidas caseras y tomando jugos exprimidos en el momento, además de unos helados deliciosos). En realidad, la función estuvo muy bien, pero fue lo de menos, toda la fiesta que se generó alrededor fue lo que más disfrutamos. Padres y maestros colaborando para que los niños y sus familias pudieran disfrutar de un día de alegría. Quedamos cansados, pero con el corazón contento.
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